domingo, 25 de abril de 2010

MULTICULTURALIDAD




La riqueza de culturas es uno de los grandes valores de la sociedad actual. Un valor que las familias deben asumir y transmitir a las y los más pequeños, de forma que éstos crezcan asumiendo que la diversidad es algo completamente positivo y enriquecedor. Desde edades tempranas, los niños y niñas empiezan a ser conscientes de las diferencias con respecto a personas de otras culturas, y pronto son capaces de emitir juicios de valor a propósito de esas diferencias.

El predominio de estereotipos en las informaciones de las que la sociedad es receptora, especialmente a través de algunos medios de comunicación, pueden dar lugar a la creación de imágenes preconcebidas en los menores, y provocar el rechazo hacia los que no son iguales a ellos por alguna característica en particular.


En ocasiones se habla de multiculturalidad como la aceptación de que en un espacio determinado coexisten personas diferentes. No obstante, el concepto va mucho más allá. Tiene que existir un respeto hacia todas esas culturas diversas. Un respeto que se debe inculcar en los más pequeños, y el hogar es el primer lugar para empezar a hacerlo.

Las actitudes que desarrollan los niños y niñas comienzan siendo un fiel reflejo de lo que ven en el seno de la propia familia. De ella reciben las primeras influencias y, casi de forma inconsciente, adquieren modos de comportamiento que en ocasiones pueden ser resultado de los estereotipos que la propia sociedad tiene asumidos. Con el paso de los años, los tópicos con respecto a todo lo que es diferente se pueden ir agudizando a través del cine, los libros, las revistas, la televisión, el día a día y las relaciones con los demás agentes de la sociedad. Los familiares deben ser conscientes de lo importante que es ejercer cierto control de lo que los niños y niñas ven o leen y acompañar esas experiencias de una explicación pausada, paciente y completa que les ayude a comprender y respetar la diversidad del planeta.

Especialmente en el caso de la televisión, la tendencia al sensacionalismo puede dar lugar a que las y los pequeños adquieran una concepción errónea de lo que son los extranjeros, el fenómeno de la inmigración, de la situación del Tercer Mundo o el papel que cada uno desempeña en la sociedad. Es importante que los familiares expliquen los rasgos básicos que definen cada cultura de forma que las niñas y los niños entiendan que ésta no es homogénea sino múltiple y rica.

Un viaje a la diversidad cultural

Hay formas divertidas de abrir los ojos y la mente de los más pequeños. Algunas ideas que empiecen a introducir al niño o la niña en el concepto de riqueza multicultural pueden surgir en los viajes y las salidas en familia, puesto que no hay mejor escuela que la que se percibe con los propios ojos. Además, no hace falta alejarse mucho de casa para percibir la riqueza cultural de una región, de una comunidad o de un país.

Acudir a espectáculos y conciertos multiculturales o exposiciones temáticas sobre otros países es una alternativa para acercar a los pequeños a un mundo completamente diverso al que están acostumbrados a ver, e incluso fomentar una inquietud por conocer más profundamente esas nuevas culturas. La gastronomía es otro elemento que define en buena medida la cultura de cada pueblo, por lo que es muy recomendable que los pequeños vayan conociendo y saboreando cada una de sus particularidades. No sólo el hecho de acudir a restaurantes especializados es bueno, la idea de cocinar en el propio hogar es una forma de compartir la experiencia y explicar al niño o niña las características de una cultura distinta a la suya a través de sus platos.

Todas éstas son prácticas que ayudan tanto a niños y niñas como a adultos a concebir la diversidad cultural como un importante valor que hay que disfrutar y cuidar, facilitan la construcción de una mentalidad abierta y tolerante, crítica ante los estereotipos además de reflexiva. Una mentalidad que les permita ver la diferencia como una como un valor y nunca como una amenaza.

CLAVES:

  • Los familiares deben inculcar valores de respeto y comprensión hacia otras culturas.
  • Viajar es una de las mejores escuelas de tolerancia y fomento de la curiosidad.
  • La gastronomía puede ser una buena forma de acercar a los pequeños a una parte importante de la cultura autóctona de los pueblos.
  • Las actividades culturales en torno a un pueblo determinado ayudan a su mejor comprensión y a aumentar el interés por él.
  • Los cuentos, leyendas e historias de otros países y culturas pueden ser muy motivadores.
  • Saber que hacen otros los niños y jóvenes de su edad en otros países.

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